¿Qué causa el dolor articular en niños?

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El dolor articular en niños no siempre se debe a que se encuentran en una etapa de crecimiento, por ello hoy te cuento sobre otras enfermedades que incluyen este síntoma.

Los niños a menudo se quejan de dolores en las articulaciones o las piernas. Por lo general, se trata de “dolores de crecimiento” musculares que desaparecen por sí solos.

Sin embargo, el dolor en las articulaciones a veces puede indicar algo más grave, como la artritis idiopática juvenil.

Otras posibles causas de dolor en las articulaciones incluyen:

  • Lupus
  • Enfermedad de Lyme
  • Leucemia

En este artículo, analizamos las causas comunes del dolor muscular y articular en los niños y qué hacer si ocurren.

Causas y síntomas

Las investigaciones sugieren que más del 30% de los niños en edad escolar experimentan dolor musculoesquelético crónico. A menudo, no hay ninguna razón identificable, pero a veces pueden ser un signo de una afección subyacente más grave.

Dolores de crecimiento

Los dolores de crecimiento son una causa común de dolor en las piernas en los niños. No son dolores en las articulaciones, sino dolores musculares que se producen en las piernas, a menudo por la noche o por la madrugada. No son dañinos, pero pueden ser muy dolorosos.

Los dolores de crecimiento suelen ocurrir durante los años preescolar y preadolescente y desaparecen alrededor de los 12 años. Estos son inofensivos y no son un signo de una afección grave.

Para contrarrestar las molestias puedes recurrir al antiflu des pediátrico para disminuir los dolores musculares en los niños, pero no sin antes consultarlo con el médico o pediatra que lleve el seguimiento de la salud de tu pequeño.

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Artritis idiopática juvenil

Si un niño tiene dolor articular frecuente o persistente, la causa puede ser artritis idiopática juvenil (AIJ). Es una enfermedad inflamatoria en la que el sistema inmunitario ataca por error el tejido sano, lo que provoca inflamación.

Los médicos no saben exactamente por qué ocurre, pero los factores genéticos o la exposición a un virus o bacteria pueden contribuir a la afección.

Para un diagnóstico de artritis idiopática juvenil, un niño debe ser menor de 16 años y haber experimentado inflamación en una o más articulaciones durante 6 semanas o más.

El diagnóstico y el tratamiento tempranos son vitales porque la artritis reumatoide juvenil, que los médicos anteriormente llamaban artritis reumatoide juvenil, puede afectar al crecimiento óseo y provocar complicaciones permanentes.

Lupus

El lupus eritematoso sistémico, o lupus, es un trastorno autoinmune que puede afectar a casi todos los órganos del cuerpo.

El lupus es raro en los niños más pequeños, pero se vuelve más común en la adolescencia, especialmente en las mujeres. Alrededor del 20% de las personas con lupus reciben un diagnóstico en la infancia.

Es una afección a largo plazo, y los síntomas pueden variar en su gravedad. Sin embargo, el diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden mejorar el pronóstico de una persona.

Enfermedad de Lyme

Los insectos llamados garrapatas pueden propagarse como una infección bacteriana conocida como enfermedad de Lyme. Las garrapatas llevan una bacteria llamada Borrelia burgdorferi que pueden transmitir a las personas cuando las muerden.

Las garrapatas viven en zonas cubiertas de hierba y bosques y se alimentan de animales, como ratones y ciervos.

Para prevenir la enfermedad de Lyme, los niños deben usar pantalones largos y camisas de manga larga. Los padres o cuidadores también pueden revisar todo el cuerpo del niño en busca de picaduras de garrapatas después de jugar al aire libre.

Leucemia

La leucemia es un cáncer de la sangre que comienza dentro de la médula ósea. Es el más común de los tipos de cáncer en niños.

Las tasas de supervivencia de la leucemia dependen del tipo de enfermedad. Para los niños con leucemia linfocítica aguda, hay un 90% de probabilidad de que vivan al menos otros 5 años después del diagnóstico.

Otras causas

Los dolores y molestias en los niños también pueden deberse a otros factores, como:

  • Síndrome de piernas inquietas
  • Un umbral de dolor bajo
  • Deficiencia de vitamina D
  • Ciertas enfermedades, como Covid-19
  • Una lesión no reconocida, incluidas lesiones por uso excesivo
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